Chocolate francés, mi perdición

He pensado que nunca mas voy a decir, "odio". Es una palabra muy fea y en realidad jamas he experimentado ese sentimiento de verdad. Es mas, creo que nunca mas voy a decir, "nunca mas", porque cuando la he utilizado siempre he vuelto a hacerlo como por ejemplo cuando le dije a mi mejor amigo que no lo queria ver nunca mas y que lo odiaba. Reconozco que lo dije solo porque estaba picada y porque me sentía desplazada y luego de unos días se me olvidó todo y ya lo quería de nuevo. Eso demuestra que no soy rencorosa y que debo pensar y luego actuar, por lo tanto "nunca mas", está fuera de mi diccionario. Habían dos cosas que quería de regalo de cumpleaños y ninguna de ellas me llegó: La primera, una estrellita azul muy brillante en una cajita cuadrada rosadita con una tarjeta que dijera "feliz cumple. Eres única y especial, por eso te pareces a mi rosa", y la segunda una orden de libertad inmediata de dos páginas con los nombres todos mis clientes presos. Lamentablemente, nada de eso me llegó y peor aún, hubo una persona que me incluyó en su msn y no se atrevió a saludarme porque le dió miedo. Y yo me pregunto: ¿ miedo de mi?, imposible si yo soy muy buena niña, sobre todo ahora que no digo "nunca mas" y que no "odio" nada y a nadie, por el contrario desde hoy amo a todo el mundo, comprendo todas las circunstancias posibles de imaginar y perdono a todos los que alguna vez me hicieron sentir penita, incluso a la Mary que con su traición me dejó pesando 40 kilos. ¡¡¡Que linda soy!!!!. La Sra. Juanita Proboste me acaba de regalar un vino Santa Rita medalla real y una caja de chocolates "Damien Mercier". Parece que hay gente que me quiere.