"La tele NO"

Dicen que nunca hay segundas oportunidades para dar una buena impresión y déjenme decirles que eso es absolutamente falso ya que soy la prueba viviente de que LAS que caemos mal de entrada somos después las mejores amigas de todo el mundo.

Cuando ví por primera vez a JC Rodríguez me impresionó que un hombre tan petulante fuera venerado como un verdadero rey, en circunstancias de que la monarquía estaba muy lejos de su persona y que su fealdad era un asunto indiscutible. Con el tiempo vino su vapuleado late show “La tele o yo” y después del primer capítulo reconocí que mi primitiva impresión había sido errada y hasta su cara de poto me era graciosa y agradable; Mi viraje de opinión se debió fundamentalmente a que es muy dificil encontrar programas “con contenido” y sobretodo personajes verdaderamente interesantes porque realmente estoy chata de tanta Coté López y tanto Emeterio Ureta pululando por cuanto programa comienzo a ver. La verdad aluciné con todas y cada una de las entrevistas que realizó a lo largo del ciclo sobretodo con la de Zurita que me emocionó hasta las lágrimas y que finalmente me convenció de la sensibilidad y sensillez de este rostro televisivo

No puedo desconocer que el programa era muy kitch y que solo faltaba que el conductor saliera con una de las colorinches chaquetas de Pepito TV, sin embargo fue justamente la mezcla de eso y la caradura de JC de invitar a sus bandas y escritores favoritos al late, lo que terminó conquistándome. Y como NO todo puede ir tan bien, la vida de STAR se vino abajo con la noticia del famoso paseito por Baires y el príncipe horrido terminó llorando derrotado y hoy despedido del canal de todos los chilenos.

Después de todo esto JC ha vuelto a su origen y de ser el todo poderoso al que las minas trepadoras le cerraban el ojo se ha convertido en un simple periodista cesante al que las modelitos locales probablemente ya no le mostraran el colaless y al cual le expreso mi total apoyo y buena onda porque le podrán quitar todo, pero lo escencial, aquello que es invisible a los ojos (como dice El principito) nunca podrán arrebatarlo. Probablemente ya no será un chico popular, pero su inteligencia y sensibilidad seguiran ahí intactas hasta que algún canal se decida a incluir en su parrilla programática un proyecto intenso y contundente llamado “La tele NO” conducido por el patito más feo de la farádula chilensis