Paren el escándolo

Ayer, mientras me vestía escuché a unos hombres en la tele referirse a las 10 razones por las cuales podrían matar a las mujeres entre las cuales se destacaban las idas al baño, el impulso por comprar, los dolores de cabeza nocturnos y el uso excesivo del teléfono. Este temita tan recurrente para la fauna masculina sinceramente me chateó porque siempre ven la paja en el ojo ajeno y ni se molestan en hacer un autoanálisis sobre sus propias conductas que por lo demás dejan harto que desear. En vista de lo anterior y como botón de muestra, hoy haré una lista de las 16 típicas actitudes varoniles que detesto. En todo caso el listado podría ser fácilmente de 30 o de 50, pero como no quiero herir los sentimientos de nadie, los beneficiaré con el resumen:

1. Odio que cuando tienen ganas de ir al baño lo anuncien con bombos y platillos y agarren cualquier revista o diario para encerrarse por lo menos 15 minutos, en circunstancias de que el trámite se puede cumplir en dos.

2. Odio que pelen sin piedad a las suegras y que cada vez que un problema conyugal aparece, recurran a ellas como queriendo acusar a sus respectivas señoras. Después de eso, como las suegras generalmente los comprenden les dura la buena onda con la pobre vieja 5 días y luego todo comienza otra vez.

3. Odio que admiren los escotes y la belleza femenina “ajena” y que cuando la escotada bella es la señora les baje un ataque de cartuchidad que los obliga a decir “No será muy rebajada esa polerita para la ocasión”.

4. Odio que cada vez que uno encuentre a un hombre potable le asignen de inmediato el típico: Sí, pero ese huevón es maraco.

5. Odio que en cada reunión social que asisten se dediquen a “hacer rutinas humorísticas” sobre sus respectivas señoras haciendo practicamente una competencia sobre quien tiene la mujer mas freak.

6. Odio los Peos, los odio mucho mucho mucho porque eso diluye cualquier intento de encuentro amoroso y porque además eso se hace en el baño y no en cualquier lugar; Osea el PEO es un deporte.

7. Odio que odien el supermercado y que inventen mil excusas para no acompañarte. Yo personalmente detesto ir a comprar y sinceramente agradezco la compañía porque mal que mal las obligaciones de la casa son mutuas.

8. Odio el dominio absoluto tanto del control remoto, como de la programación televisiva desde las 22:00hrs en adelante porque eso se llama TIRANIA.

9. Odio que cuando ellos se cagan a sus señoras se les debe comprender porque mal que mal “son hombres” y que cuando el error lo comete una mujer sencillamente es una maraca, no en realidad es una RE-maraca.

10. Odio que no reconozcan que llevar una casa es sencillamente A-GOTA-DOR y que cuando uno llega cansada del trabajo se den el lujo de pedirte que les sirva la comida y que de paso te lo sirvas (ojalá con performance y piruetas porque de lo contrario eres muy fome).

11. Odio que las compras “inútiles” siempre sean atribuidas a las mujres y que las que hacen los hombres sean ÚTILES, aunque se trate de un DVD para el auto. Han visto algo mas estúpido que un DVD para el auto???.

12. Odio que siempre que hay un problema con el auto de adelante venga la famosa frasesita: "Apuesto que es mujer la que está manejando y dejando la cagá" ( y se equivocan porque ellos estadísticamente son los mayores responsables de los accidentes automóvilisticos).

13. Odio que cuando se enferman SIEMPRE “es muy grave”, odio la cara de tragedia griega y los ojos de ternero degollado. Ahora, si la cosa es al revés la casa debe funcionar igual y lo más probable es que esa mujer sea una exagerada, total nadie se ha muerto por un simple resfrio.

14. Odio el periodo REFLECTARIO.

15. Odio que los hombres califiquen a las amigas solteras de sus respectivas parejas como "sueltas" o "frescas". Y los amigos solteros de ellos que son?, santos?, numerarios?.

16. Odio entrar al baño después de ellos porque o dejan todo salpicado o debo apretar mi nariz con los dedos para no morir ahogada.

En resumen, son hartos los "detalles" que los patudos tienen como para que estar pelándonos, mejor preocúpense de cuidar a sus señoras porque de lo contrario dificilmente encontraran otra tonta que quiera bancárselos.