Los caminos de la vida

Mi cliente favorito, tuvo audiencia hoy y estuve gran parte de la mañana con la Carlita, que es su nueva novia y que dicho sea de paso es como la mina ideal que uno cree, todo hombre busca; Bien regia, buen cuerpo y buena para trabajar. El punto es que justamente esta última característica es la que a él ahora le complica, porque la nena baila en el Pasapoga y organiza despedidas de solteros hot.
Lo que a mi particularmente me llama la atención es que al igual como en miles de casos, Pacheco alucinó con esta mujer y ahora le molesta todo lo que inicialmente le encantó, me refiero a que odia que el resto de los hombres la mire, detesta que no dependa de él y obviamente le carga su trabajo, el cual por cierto, no tiene nada que ver con la prostitución.
Todo lo anterior, genera en mi la convicción de que soy una mina bien pava porque aquellas mujeres que siempre están intentando alcanzar objetivos y que creen en la igualdad de géneros, claramente son más infelices que las del bando de las mal llamadas "inútiles" que se buscan un buen marido que las mantenga, se dedican a la crianza de los niños y que generan nulas expectativas de sus capacidades porque para el público ésta son prácticamente inexistentes. Así, las cosas los hombres pillos tienen en la casa una mina-mamá que además de dedicarse a la maternidad, me imagino invierten gran parte de su tiempo al estudio de las artes amatorias para satisfacer y mantener contentillo a su macho en el lecho, lo que obviamente las deja mil puntos arriba de minas como yo que a las nueve de la noche ruegan por una cama y sueñan con dormir conjuntamente con los angelitos
La Carlita me contó que Pacheco era el hombre más tierno de la tierra y que como amante era un diez y pese a que ella perfectamente podría tener un mejor hombre, con el tiempo y dos ex maridos a cuesta, se había dado cuenta de que minos con estas dos características eran contados con los dedos de las manos, que el mercado estaba escaso y competitivo y que mantenía una especie de adicción sexual que la tenía feliz con su negro, comparándolo casi con Brad Pitt.
Esta vida es bastante injusta porque después de luchar para destacarse en todo aspecto, uno se termina dando cuenta que el camino elegido era el incorrecto, que era mejor el atajo de las minas tontas, gozar de una vida plena de comodidades sin un mínimo esfuerzo, dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de los niños y disfrutar de una vida sexual bacán que finalmente es como lo más rico que hay en esta vida y que es comparable según yo, con el placer que se experimenta al comer sin culpa después de fumar un huiro.
En fin, así no más es la vida, a unos les toca y a otros no, en mi caso creo que recién estoy entendiendo que nunca he sido una mina inteligente y que esa escritora argentina que leí hace pocas semanas atrás y que con toda la razón del mundo tituló su obra: “Los hombres las prefieren brutas”, seguramente es una tonta arrepentida igual de perna y trabajólica que yo.
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