Si las vacas volaran, ni lo notaría.

Generalmente, mis días son re-freak; Me refiero a que siempre me pasan cosas extrañas y lo más heavy es que estoy tan acostumbrada a esto, que podría llegar una vaca con pantalones y botas a sentarse a mi oficina pidiendo mis servicios y la verdad de las cosas, ni me extrañaría. El martes, por ejemplo, fui a la cárcel, como casi todos los días y tuve la pésima ocurrencia de pedirle a un defensor público que no conocía que me facilitara una hoja, accediendo éste mi petición; El problema fue que él tipo, como si nada abrió una carpeta investigativa y me dijo: Y que te parece esto?, mientras me mostraba una fotografía ampliada del servicio médico legal de un clítoris en primer plano y a todo color; Yo, tomé la hoja en blanco que me pasó y con respecto a la fotografía, le pregunté si se trataba de una violación, respondiéndome que no, que se trataba de un robo con violación, que eso le gustaba más porque era más entrete. Sinceramente, encontré que esta escenita era demasiado absurda porque a nadie de buenas a primeras le enrostran una fotografía tan “gráfica”, por decirlo de alguna forma y además yo jamás haría algo similar con un hombre que no conozco, así es que respiré profundo, le di las gracias por la hoja, y me fui a atender al Carlitos, muy digna, pero convencida que el weón era un cochino looser . Por la tarde, después de visitar la fiscalía sur, me fui a la ofice y mientras atendía a la familia Morales en pleno, la Sandrita, que es mi asistente, subió corriendo las escaleras avisando que los amigos de los clientes que atendía se habían robado en un momento de descuido el computador de abajo y ahí partió la más jóven de las Morales convertida en un orangután corriendo a buscar a los rateros llegando a los 5 minutos de vuelta, con el computador íntegro. Por otra parte, hoy, mientras volaba para llegar a una audiencia que se me había olvidado, recibí un llamado de la mujer de un cliente que entre sollozos me pedía que hablara con su marido porque quería puro “matarse” y si yo le aseguraba que no iba a quedar preso por el cuasidelito de homicidio que le imputaban, quizá lo hacía cambiar de opinión, así es que ahí figuraba yo con el celular de Hello kitty que se escucha como el loly, corriendo por Compañía con Morandé, intentando calmar hombre que me decía que no se quería ir preso, que prefería morir, que se había comprado veneno y que así, no valía la pena seguir viviendo. Reconozco que con lo atrasada que iba, quería mandarlo a la cresta y decirle que si quería tirarse del décimo piso, lo hiciera derechamente, pero obvio que tuve que tranquilizarlo, así es que le dije: Usted, preso???, está loco!, rompo mi título si eso pasa, por ningún motivo; Mis palabras trajeron la paz que tanta falta le hacía y para que el ambiente se distendiera le dije en broma que no podía atentar contra su vida porque entonces nadie me pagaría la segunda parte de los honorarios, lo que en realidad le preocupó, porque de inmediato me dijo tiernamente: “No se preocupe, su platita la tengo guardadita”. Por último, el Macaco, que es uno de mis clientes presos favoritos, me dijo que mis ojos eran bacanes porque eran color marihuana y yo me fui toda contenta a mi oficina, porque me pareció que el comentario era entre chori y creativo, pero hoy mientras trabajaba y escuchaba a Sabina, de pronto sonó una canción hermosa llamada “Barby superstar” y ahí estaba el Maestro cantando que la famosa barby, tenía unos pies diminutos y unos ojos color verde marihuana……. simplemente me sentí estafada y decidí que mañana mismo voy a la cárcel y le hago presente el plagio, que si bien no tiene ninguna importancia porque el tipo me lo dijo sin ningún ánimo de galantería, muy por el contrario me repitió hasta el cansancio que extrañaba a la Cindy su mujer, chanterios a estas alturas, no le aguanto a nadie, creo que después de Morgado, la cuota quedó más que saturada para toda mi existencia. En fin, así es mi vida, una suma de rarezas diarias que me mantienen ocupada, que me ayudan a olvidar algunas cosas y que me tienen convencida de que lo que no me mata, me fortalece