Homofóbico
En términos generales, buen fin de semana, el viernes fui a comer, el sábado a bailar y el fomingo un asado en mi casita, por lo tanto todo tranqui. Ahora bien, lejos lo más notable fue el corte de pelo del Maxy, que en realidad siempre ha sido un tremendo parto porque si fuera por él tendría una melena estilo Bob Marley.
El sábado en la mañana, a tirones y bajo graves amenazas de suspender todos los permisos para salir en un año, logré subirlo al auto para cumplir con el objetivo de civilizarlo, al llegar a la tercera peluquería que visitamos, aceptó sentarse y entregar su pelito a una señora con cara de confiabilidad, la que para su desgracia únicamente le puso una capa porque pasó exactamente un minuto y apareció un hombre de pelo teñido, que previas explicaciones de mi parte, comenzó con su trabajo.
El famoso corte de pelo, tardó alrededor de 15 minutos y yo me quedé cerquita leyendo, para de vez en cuando mirar la cara de poto que mi pobre hijo tenía y esbozar sonrisas tranquilizadoras evitándo de esta forma su huida del lugar. Al terminar, le pasaron ese cepillito que hace cosquillas por el cuello y cuando ya se había levantado de la silllita fatídica, le dije tontamente: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Quedaste hermoso!!!!!....error absoluto de mi parte porque reaccionó furioso y me gritó: "Este maricón me cagó el pelo!!!!", todo mal, el pobre peluquero puso cara de descompuesto, la cajera no podía creer la desubicación y yo con mi mejor cara daba explicaciones estúpidas sobre el comportamiento del cabro chico, diciendo que tenía traumas de niño con el pelo, que la fobia con la peluquería la arrastraba desde siempre, que había quedado precioso de todas formas y que mil gracias por la atención.
Cuando nos subinos al auto, comezó a bufar y a decirme que odiaba a los maricones, que siempre le habían cagado la vida cortándole el pelo, que estuvo a punto de decirle "ándate a la chucha weón gay" cuando el hombrecito le decía "Tranquilito porfiadito" y que nunca más lo pillaba para cortarse el pelo. Yo, realmente sentí que estaba exagerando mucho e intenté explicarle que debía ser más tolerante, que la sexualidad era problema de cada uno y que por la re-cresta la plancha gigante que me había hecho pasar, palabras todas, que resultaron absolutamente inútiles porque a esas alturas la depresión post-corte de pelo estaba en su punto más álgido.
En fin, en el semáfonoro antes de llegar a la casa decidí que a esta situación había que sacarle algún provecho asi es que decidida a terminar de raíz con el problema conductual en el colegio, me puse demasiado seria y le pregunté si quería ser peluquero cuando grande, respondiéndome automáticamente si estaba loquita, que obvio que NO y ahí mismito le aclaré que ese sería su destino seguro si continuaba portándose como el loly en el colegio, que coincidentemente todos los peluqueros no alcanzaban a terminar el colegio y que si lo seguían anotando en el libro y me seguían mandando comunicaciones, seguro que se convertía en estilista, lo que ciertamente lo emputeció tanto que se bajó del auto dando un feroz portazo y se encerró en el baño por largo tiempo para luego salir más tranquilo aclarándome que el pelo no le había quedado tan mal y que aunque siempre me prometía cosas y luego no las cumplía, confiara en él ya que solo llegarían a mis oídos felicitaciones de su profesora jefe porque lo último que quería en su vida era ser un gay, como el maricón que le había cortado su pelito hermoso.
En la tarde, mientras cocinábamos, cuando yo creía todo esto superado, la Fefy que todo lo confunde, me preguntó muy seria: ¿Mamá, el Maxy es gay, cierto???. Quedé PLOP:::::::::y agradecí a Dioscito que el otro no la escuchó porque ahí si que hubiese quedado la tremenda cagadita en mi dulce hogar.
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