No se puede vivir sin amor

Se me pasó............la rabía se quedó en ayer y hoy me desperté con un sol gigante en mi corazón que aunque un camión me hubiese pasado por encima, ni cuenta me habría dado. Yo sé que es medio extraño pasar de la alegría a la tristeza en un par de días, pero la verdad siempre he sido súper bipolar con mis sentimientos de rabia y prefiero eso a ser una tontona amargada y rencorosa.

Una noticia demasiado notable fue lo de Ingrid Betancourt; Ayer cuando vi las noticias, me emocioné hasta las lágrimas con sus palabras y pensé lo demasiado difícil que fueron estos seis años de cautiverio, la imposibilidad de ver a sus hijos crecer, su pobre madre implorando ayuda a todos los paises, su marido esperándola pacientemente durante estos largos años preocupado de inundar la selva con fotos de sus niños, las incomodidades, un infierno terrenal, que al fin terminó. Después de eso, queda agradecer por nuestras vidas, aprovechar cada minuto de felicidad que pasamos y grabarlos en nuestra mente para no olvidarlos nunca, amar a nuestros seres queridos incansablemente y no tener miedo de decirlo una y otra vez para que no quede duda alguna de ello.

En mi caso, he pasado por varias pérdidas y es duro experimentar la sensación de que se pudo compartir más momentos juntos, que pude despedirme mejor la última vez que nos vimos, que si hubiese sido más observadora probablemente habría percibido lo que ocurriría, en fin muchas cosas que a lo largo de los años no se olvidan, creo que más seguido de lo que quisiera recuerdo a quienes ya no me acompañan.

Por todo lo anterior, me resisto a ser infeliz y procuraré todos los días hacer saber a quienes amo que son lo más importante de mi vida.