Una linda historia

Yo respondí: No sabes lo emocionante que han sido tus palabras tanto para mí, como para Cecilia, mi tía a quien le reenvié tu correo. Cuando mi padre murió, como te conté, vivíamos en Maracaibo y la prioridad para viajar a buscarnos era Lucho, sin embargo no quiso ir y claramente tus palabras me ayudan a entender que su decisión estuvo marcada por su profundo dolor. Mi tío era un hombre de pocas palabras, de pocas expresiones, pero que no obstante ello supo ganarse mi corazón y mi admiración pese a que nos veíamos poco; Su presencia me ayudaba a recordar mis orígenes y a mi padre. Su muerte fue muy repentina y me es muy difícil ir a Quintero o a Ritoque y caer en cuenta que ya no está.
El funeral de Lucho fue increíble, había tanta gente diferente que parecía una verdadera fiesta. Por la noche iluminaron Ritoque con miles de velas, música y al día siguiente lo dejaron al lado de mi Papá. Muchos de sus amigos ayudaron a tirar las primeras palas de tierra, entre ellos surfistas, sus amigos traukinos (Algo así como: Por tus amigos del trauko!!!), sus hijos etc. Fue muy hermoso, pero a la vez muy, pero muy triste, sobre todo por mi abuela que tiene 94 años y le ha tocado muy duro.
Mi primo Daniel, se ha convertido en su sucesor, es un hombre duuuuulce, amante del mar, del surf y amante de su padre; Por su parte Tamara, es una princesa dispuesta a conquistar el mundo y la adoro, ella estudia teatro en Buenos Aires. De corazón muchísimas gracias por tus recuerdos y cuando quieras podemos vernos, además te pido que me permitas darle tu e-mail a Cecilia quien desea contactarse contigo. Muchos cariños.
Finalmente, Laura dijo: Que bueno que mis recuerdos hayan servido para los tuyos, para ir armando tu memoria, sobre todo, para que sepas lo mucho que Lucho quiso a Mauricio. No sabía que tenía hijos, deben ser tan especiales como él. Coincido contigo en que era muy introvertido con sus afectos, un verdadero lobo de mar, sin embargo a la hora de su entrega, lo hacía sin ninguna medida, fue un hombre increíble, yo lo quise mucho.
Mi yerno, me contó de la muerte del Lucho, me impresionó mucho, me invadió una tristeza enorme, y sentada a la mesa, como estábamos, lloré con una penita negra, que solo yo comprendía.
Antes de transcribir lo acá expresado, me comuniqué con Laura para consultarle si podía compartir en este espacio estos correos; Como algunos saben, en mi Blog albergo aquellas cosas que no quiero olvidar nunca y sin duda esta es una de ellas; Han transcurrido más de 31 años desde que mi viejo partió y esta vida hermosa me ha dado la oportunidad de conocer este episodio que indirectamente forma parte de mi historia y que me emociona cada vez que la leo.
LAURA: GRACIAS desde lo más profundo de mi CORAZÓN.
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