Hasta cuando?

A propósito del post del anciano libidinoso que me acosó en el centro de justicia, debo decir que me llegaron varios comentarios y correos electrónicos de amigos y conocidos que de alguna u otra forma pretenden hacerme sentir pasada de años lo que si bien importa poco, me causa bastante molestia porque no logro comprender ese afán enfermizo de hacerme presente en forma reiterativa e insistente que me he convertido en una vieja de mierda, en circunstancias de que justamente los que hacen ese tipo de comentarios son bastante mayores que yo. El temita famoso me chateó y por lo mismo yo les pregunto: ¿Acaso Kenita Larrain, la gordinflona de la Marlen o Marcelo Salas, todos de mi edad por cierto, les perecen pasaditos de edad?????, que yo sepa nadie anda por la vida tratándolos de viejos o les enrostran el carné a cada rato. Ayer, pensaba que claramente los años han pasado, pero a pesar de ello mis recuerdos son bastante cercanos y sinceramente no me parece tan lejana mi época de pingüina, mis siempre esperadas vacaciones de verano de 2 largos meses, mi paso por la Universidad, mi gusto por el carrete; En fin miles de vivencias que siento muy próximas. No obstante lo anterior, reconozco que hay algunas cosas que con el paso de los años han cambiado bastante, como por ejemplo, la tolerancia al carrete, porque con cueva puedo irme de farra una vez a la semana, de lo contrario al otro día estoy destruida, deshidratada y desorientada: Tampoco puedo beber cualquier cosa como cuando tenía 20 años que con un Ron Silver pasaba piola all night long; Abandoné mi gusto por prescindir del brasier, más conocido como sostén (la ley de gravedad, obvio); No rallo la papa por concurrir a los lugares de moda, de hecho, mientras más piola mejor; Las salidas en carpa estan totalmente descartadas de mis paseos favoritos y para que hablar de mi memoria, ésta claramente ha mermado al punto de que muchas veces cuando mis amigas me dicen “¡¡¡Te acuerdas de…...!!!”, yo respondo en seco: No me acuerdo, y lo que me pasa es que de verdad hay cosas sencillamente he olvidado, por supuesto las más borchornosas. En todo caso, estoy harto feliz de lo que pasé siendo más joven y no me canso de pensar que “mis tiempos” fueron mucho mejores, nada de celulares, nada de “pokemones”, nada de “pelolais”, nada de “ponceos”, nada de pendejas haciendo “helados” o “Wena Natty” en las fiestas (esto es lo que más me espanta!!!), nada de Internet y sus derivados “Fotologs”, “Metroflog” o“Msn” por nombrar algunos; Osea, cuando yo estaba en el colegio la que se agarraba a un mino en una fiesta era mínimo maraca y para que hablar de la que se acostaba con un compañero, esa segurito se iba derechito al infierno; La máxima expresión de protesta en los colegios era dar vuelta los bancos a la pared; La gran mayoría de los carretes eran en alguna casa o en un mirador de La Reina, aunque nunca faltaban las salidas discothequeras que liquidaban a muerte mis mesadas; Las peleas eran a combos y de los cuchillos o pistolas nunca supimos; Con suerte había un recital en el estadio nacional de algún cantante medianamente conocido al año; Lo de las drogas era un tema también, porque si bien yo estaba en un colegio de niños triunfadores lo veintiúnico que se veía era marihuana y cuando ya era mucha la distorsión una que otra anfeta o “ponderax”, que en realidad era una pastilla para adelgazar.

Así las cosas, sólo me queda decirles que estoy conciente del paso del tiempo, sé que ya no pertenezco al segmento juvenil de este país, pero eso no significa que abusen de mis debilidades y me webeen por mis 34 respetables años; Ustedes conocen lo vulnerable que soy, saben que si me dicen gorda soy capaz de no salir de mi casa hasta bajar un par de kilos, saben que si me dicen que algo no me queda bien cruzo todo Santiago para cambiarme de ropa, saben que por mis piernas feas no uso falda ni amarrada, saben que nunca saldría de mi casa sin maquillarme, por lo tanto córtenla con la tonterita porque a estas alturas o me encadeno al reloj en señal de protesta por el paso del tiempo o llamo en un dos por tres al Doctor Brito para pedirle que me someta en el más breve plazo a una mega ultra hiper enchulada.