lunes, mayo 24, 2010

DEAD.


Navegando por esta vida, me he dado cuenta que le temo a la muerte y le temo a la Soledad. Quizás por eso, decidí averiguar tu paradero y visitarte. En este día frío y gris, caminé hacia ti, me arrodillé y cuando estuvimos frente a frente acerqué mi oído para escuchar tus palabras dormidas. En las películas, siempre hay señales; Un pájaro que vuela, una hoja que cae…pues bien, acá no hubo nada, sólo impotencia con la Sra. Muerte que tanto odio. Pensé en la viuda, en los hijos, en la familia, en lo estúpido que resultó todo finalmente. Permanecí por largos minutos, tratando de convencerme que ciertas cosas son irreversibles y por unos segundos pensé que sólo me separaba de Juanito “Ganzúa” unos putos metros, que bastaba con traer una pala y ahí estaría el muy delincuente, diciéndome que defendiera a sus compañeros o hablando un francés deplorable, herencia de sus años como lanza internacional en Paris. Me violenta la muerte en todas sus facetas, sin embargo, lo que más me molesta es la imposibilidad de darle vuelta la mano porque aunque destine todos mis bienes y contrate un detective privado, jamás lograré encontrar nuevamente a Juanito y a sus lentes Prada. Quizás, resulte extraño que me importe el destino de un ladrón, pero quizás me pasa que extrañaré los llamados a horas insólitas pidiendo ayuda, quizás me ocurre que me doy cuenta que ésta vida transcurre sin importar nada, que mañana seguirá amaneciendo aunque yo muera, que si muero, quizás nadie llorará, que si alguien llora probablemente sea por compromiso y que por este mismo compromiso, mi ceremonia fúnebre estará plagada de personas que no conozco y que me verán inerte, sin pintura y desvalida. A veces pienso que a nadie le importará del todo mi inexistencia, a veces me ocurre que no quiero que a nadie le importe realmente. Juego a dejar mi mente en blanco, mi madre dice que son “ataques de epilepsia” y por algunos minutos es como si estuviera ausente del mundo, de este mundo salvajemente insensible. Todo lo anterior, no sería tan horrible de no mediar ese silencio absoluto que escuché hoy, la nada misma en toda su expresión; La soledad, la perpetuidad del vacío que estoy segura existe después del deceso. No quiero estar sola nunca, por eso solicito formalmente que no me dejen en un cementerio jamás, por favor incinérenme y llévenme a casa. Ok, si no les gusta la idea, esparzan mis cenizas en un lugar lindo para anestesiar el silencio que no quiero sentir. Hoy, corroboré en un cementerio que Juanito ya no necesitará nunca más un defensor, que Juanito ya no me llamará de madrugada exigiendo auxilio, que Juanito se fue y que el significado de la muerte en toda su dimensión me aterra y me confunde.
Como gesto de rebeldía, sólo derramé una lágrima….y mi máscara de pestañas waterproof no se corrió ni una gota. Gracias Maybelline, por favor concedido.

domingo, mayo 16, 2010

Verónica

Lo de la "soledad", esa palabra que le gustaba tanto a tu Papá, te vas a tener que ir acostumbrando.... mira un poco detenidamente a tus primos; Daniel, Tamara, yo, Cecilia, el tío Lucho, tal vez Constance (es un poco joven para saberlo) y vas a ver en el fondo de todos esos ojos "una cierta forma de soledad"..... la contrapartida es esa energía pura y "extraña" que nos habita y gracias a la cual somos capaces de mover el cielo por un objetivo que vale la pena. No desesperes chiquitita; Tal vez sea uno de los buenos momentos para cuestionarte de manera honesta contigo misma......... NO ES UNA CAPARAZÓN, TIENE QUE VER CON ALGO RELACIONADO A "LA VULNERABILIDAD". es un sistema de auto defensa de los seres super sensibles. "NO FRÁGILES, PERO VULNERABLES!"
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