A veces

A veces olvido que no soy el eje de la tierra y que no todo gira a mi alrededor, a veces olvido que solo soy una pobre niña jugando a ser defensor de las causas perdidas y que peso menos que un paquete de cabritas, a veces olvido que mi madre es un ser excepcional y que no es justo abusar de su bondad, a veces olvido que mis hijos necesitan pasar más tiempo conmigo porque me aman y yo a ellos, a veces olvido que no soy una princesa y que mi mundo no es un cuento rosa, a veces olvido el verdadero significado de las palabras respeto, tolerancia, prudencia y humildad, a veces olvido que sólo aquellas personas que se acuerdan de mi para mi cumpleaños son las únicas a las que realmente les importo y que me quieren incondicionalmente, a veces olvido que mis clientes presos son mis jefes y que merecen de mi parte consideración y que los visite habitualmente porque viven un infierno, a veces olvido que hay cosas más importantes que el dinero, a veces olvido ser una buena persona y desconfio de todo lo que me rodea, a veces olvido que recibo bendiciones a diario y que nunca les doy relevancia y un lugar en mi corazón, a veces olvido que hay tanta gente aproblemada que ha cifrado sus esperanzas en mi y que me ven como su única solución, a veces olvido tantas cosas que no puedo dejar de reprocharme lo imperfecta que soy.

Hoy, a regañadientes y casi a tirones entré a la cárcel después de un mes de no poner un pie en un centro de reclusión. Hoy, volví a sentir ese olor inconfundible a “cana” que podría reconocer con los ojos cerrados. Hoy, me di el tiempo de conversar con varios clientes que coincidieron en señalarme que la Navidad me había traído de vuelta y conmigo también sus esperanzas de salir del encierro. Hoy, me sentí mixta; Por una parte, avergonzada de mi flojera y desidia, y por otra satisfecha de re-comprender que nunca debo olvidar a quienes confían en mí y que jamás debo permitir que ellos se sientan solos o abandonados, que la diferencia entre un defensor y yo es justamente mi tiempo para acogerlos, escucharlos y comprenderlos y que aún cuando muchas veces reclamo, todo lo que soy y todo lo que tengo, se los debo a ellos que han apostado sus dados en mi favor y que me han permitido defenderlos que es justamente una de las cosas que más amo en la vida.